No hay partido de fútbol sin pitidos. Lo que pasa es que normalmente van dirigidos al rival, al árbitro o, si las cosas no van bien, al banquillo o al palco. Sólo si está jugando muy mal, van dirigidos al equipo de casa. Eso es lo normal. Lo que no lo es, se esté o no de acuerdo, es que vayan a un jugador de tu equipo antes incluso de que toque un balón. Y si eso sucede con la selección, menos aún. Le sucedió a Gerard Piqué en León, donde la afición no le perdona vaya usted a saber qué y le pitó una y otra vez en la media hora que jugó.
"La gente se puede expresar libremente", dijo Piqué en zona mixta tras el 2-1 a Costa Rica. El jugador del FC Barcelona, tranquilo y relajado, decidió dar la cara. "A veces nos pitan, a veces nos aplauden. Tengo que centrarme en hacerlo lo mejor posible en el terreno de juego. Ya son muchos años, de verdad que no me afecta. Vengo de ganar el triplete, estoy muy feliz. Cada vez que vengo a la selección me siento como en casa, y vendré siempre que me llamen", comentó.
El jugador del FC Barcelona fue pitado durante más de 45 minutos: desde que salió a calentar justo antes de comenzar la segunda parte hasta el final del partido. Desde que entró en el minuto 58 sustituyendo a Sergio Ramos, una buena parte de los aficionados que llenaban el Reino de León se desahogó con el central cada vez que tocó el balón. No se cansaron: en el descuento también fue pitado. Sólo hubo un momento en el que un grupo de aficionados se animó a aplaudirlo. No está confirmado, pero puede que sean los únicos seguidores del Barça que había en el estadio.
¿Por qué pitaron a Piqué? "Ni me lo he preguntado", dijo. ¿Por sus declaraciones y gestos a favor de la consulta soberanista en Cataluña? Podría ser, pero es extraño entonces que esos pitidos no hayan llegado antes y en otras ciudades, a menos que León sea un reducto antinacionalista y no nos hayamos enterado. Entonces, ¿los pitidos fueron por sus palabras en la celebración del triplete del Barça, cuando se acordó de Cristiano Ronaldo y la fiesta con Kevin Roldán? Si es así, llama la atención la vehemencia de los aficionados, que ya le pitaron en el entrenamiento del miércoles.
"Lo volvería a decir, es una simple broma. Lo pasamos muy bien. La repercusión no la puedo controlar y, la verdad, no me importa", explicó Piqué sobre sus palabras del pasado domingo. "Fue un momento de la temporada muy importante, ahí empezamos a darle la vuelta a la situación. Me parece gracioso, la verdad que lo es".
Del Bosque: "Algunos incitan al odio"
Vicente del Bosque, que ya había mostrado su preocupación antes del partido, fue más duro y volvió a mostrar su malestar después. "Me disgusta", dijo el seleccionador. De sus palabras se deduce que tiene clara la causa de los pitidos. "Algunos medios incitan al odio, no me cabe la menor duda, y a la desavenencia entre territorios. Seguro".
No se sabe si el seleccionador conocía las declaraciones de Marcelino Maté, presidente de la Federación de Castilla y León y vocal de la Junta Directiva de la RFEF, que antes del encuentro dijo en Radio Marca que las manifestaciones de los aficionados, en algunos momentos, "son entendibles". "Cuando los han hecho (los pitos) es porque entienden que los deben hacer".
Los futbolistas estuvieron más comedidos y apoyaron a Piqué. "Tampoco se lo merece porque ha defendido al Barça y a la selección a muerte. Me sabe mal porque es un buen tío", dijo a Telecinco tras el partido Marc Bartra, al que casi se le escapa un "se le fue un poco", pero paró antes de terminar la frase. "Si está aquí es porque siente estar aquí, si no lo sintiera no estaría aquí", dijo Alcácer.
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