La agresión a las dos chicas que informaban sobre la asociación Barcelona con la Selección y sobre la posibilidad de acudir a ver los partidos de España en un espacio público sigue trayendo cola. La Fiscalía ya se ha puesto en marcha mientras, paralelamente, los Mossos d’Esquadra investigan la identidad de los autores de la salvaje agresión. Desde la asociación, se muestran comedidos. “En Fiscalía hemos presentado un relato de los hechos con una serie de pruebas que tenemos y que no queremos desvelar”, dice a El Confidencial Nacho Pla, portavoz de la asociación. Entre ellas, claro, los vídeos de la agresión y las fotos que realizaron algunos transeúntes al segundo grupo de radicales que volvieron al lugar para amenazar de muerte a las chicas.
Los tatuajes de uno de los exaltados han facilitado su identificación: al parecer, es Oriol, un integrante de los ultras del Sant Andreu (cuyo estadio se encuentra relativamente cerca de donde sucedieron las agresiones) y muy vinculado a la CUP del barrio de Gràcia. A este solo se le pueden achacar amenazas, ya que, al parecer, no habría participado en la primera agresión física a las chicas. Fuentes de los Mossos señalaron a este diario que “uno de los agresores ya está plenamente identificado y los demás, es cuestión de horas”.
Según fuentes del ámbito judicial, la patrulla de los Mossos d’Esquadra que se personó en el lugar del suceso el mismo domingo levantó un acta calificando al suceso como una falta y no como un delito de agresión. Ayer lunes, tras presentar los partes médicos, la Fiscalía llamó a capítulo a los Mossos para que calificasen los hechos de delito. Según fuentes de la policía autonómica, el modo de proceder de la patrulla fue correcto. “Levantamos acta de lo que vemos y nos dicen. Sin parte médico y sin que hubiese signos alarmantes de heridas, se levanta el acta sin más. Otra cosa es que luego la Fiscalía pueda interpretar que hubo motivaciones de discriminación y decida que existe delito”, explica a este diario una fuente de los Mossos.
Desde la asociación, se señala que las dos jóvenes “están muy afectadas por lo sucedido. Todo esto les cae de nuevo. Nunca habían estado en el punto de mira, y en estos momentos están desbordadas por los acontecimientos. Psicológicamente están tocadas, porque que vengan a pegarte, a empujarte y a insultarte te crea un susto de narices”.
Las declaraciones de condena a la agresión han sido casi unánimes desde la mayoría de los espectros políticos. Incluso el vicepresidente del Gobierno, Oriol Junqueras, presumió de tener amigos en la Roja y subrayó que se trata de “un hecho puntual”. En la misma línea se pronunció Jordi Jané, consejero de Interior. “Estamos en contacto directo con las víctimas de estas agresiones intolerables y con el fiscal de delitos del odio y discriminación”, señaló. También condenó los hechos Francesc Homs, candidato de Convergència en las elecciones del 26-J, que calificó la agresión de “puntual” y enfatizó que cada cual debe escoger con libertad a quién sigue en el ámbito deportivo. La alcaldesa Ada Colau apoyó a los miembros de la asociación en un tuit. Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde, rechazó “cualquier expresión de violencia" y subrayó que este episodio es un hecho aislado. Partidos políticos y asociaciones cívicas se sumaron a las condenas por los hechos.
El propio Nacho Pla también subraya que ha sido un acto “muy puntual". "Nunca habíamos tenido amenazas ni ningún problema en ninguna de las dos o tres carpas que hemos ido montando mensualmente”, añadió.
Un largo recorrido
La asociación proviene de una plataforma creada hace unos años denominada España en Cornellà-El Prat, que lleva años reclamando un partido de la absoluta en el estadio que el RCD Espanyol tiene en Cornellà del Llobregat. “Es una plataforma que se creó en la época en que Collet era presidente del club”, relata una fuente vinculada a esta plataforma. A partir de ella, un grupo de jóvenes decidieron promover el pasado mes de febrero la asociación Barcelona con la Selección, para reclamar que se ubicase una pantalla gigante en algún lugar público de Barcelona con el objetivo de ver los partidos de la Selección española en el Mundial de Francia.
El Ayuntamiento de Ada Colau se negó, aduciendo posibles problemas de orden público y de descanso de los vecinos, a pesar de que se dan permisos para actos multitudinarios similares sin problemas. El permiso no llegó ni siquiera cuando los organizadores adujeron que correrían con todos los gastos y que no costaría nada a las arcas públicas. Al final, a través de la empresa municipal B:SM, que gestiona espacios públicos, la asociación consiguió, finalmente, el permiso.
Los integrantes de la asociación se consideran “apartidistas y transversales”, ya que “en la asociación hay forofos de varios equipos de fútbol. Nos reunimos puramente por el deporte”. Pero, en estos momentos, tiene vocación de ser “una asociación a largo plazo. Si esta campaña es un éxito, lo que queremos es seguir trabajando”. Su meta es variar luego el objetivo y conseguir que la selección pueda volver a jugar partidos en Cataluña.
Habrá pantalla finalmente
El lugar exacto donde se instalará la pantalla no se ha hecho público aún. “Estamos cerrando todavía el tema de la seguridad con los patrocinadores y, en cuanto lo tengamos listo, lo diremos”, explica a este diario Nacho Pla. Por lo que ha trascendido, será un espacio con capacidad para más de 10.000 personas y todos los gastos han sido cubiertos por varios patrocinadores, por lo que “no costará ni un euro al erario público”.
Chen Yansheng, presidente del Espanyol, pidió en el mes de abril a la RFEF que la Selección española juegue un partido en su estadio, en Cornellà, puesto que la Roja no juega en Cataluña desde el año 2004 (en ese año se jugó un amistoso, pero un partido oficial no se juega desde 1975). Esta propuesta cuenta con el apoyo del ayuntamiento socialista de la localidad, que preside Antonio Balmón. El grupo municipal barcelonés del PP, que encabeza Alberto Fernández Díaz, también pidió que uno de los partidos de clasificación para el Mundial de Rusia en 2018 se juegue en Barcelona, solicitud que apoya la alcaldesa Ada Colau.
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