La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, afirmó este jueves que la intención del Gobierno es "pegarle al corazón" de los negocios ilegales que tienen los ultras, una vez conseguido el objetivo de controlar su entrada a los estadios de fútbol.
"Nosotros hemos avanzado mucho en no permitir a los barras (ultras) entrar a la cancha, pero muchos siguen manejando los negocios de afuera. Lo que necesitamos ahora es ir sobre el dinero (...) Tenemos que pegarle al corazón de los negocios ilegales que hacen las barras", afirmó en declaraciones a Radio Mitre.
Además, aseguró que la ley para endurecer las penas a los ultras violentos se votará en la próxima sesión extraordinaria del Congreso, después de que ya pasara por la Cámara de Diputados en diciembre, dónde recibió la aprobación en su conjunto pero no en alguno de sus artículos, por lo que se decidió posponer el debate.
"Vamos con todo contra las barras, necesitamos que el Congreso vote esta ley. No ha habido extraordinarias, ya tiene un voto general en la Cámara de Diputados y queremos que en la primera sesión se pueda votar (...) Depende de que nuestros diputados y senadores hagan una bandera de esta ley", manifestó.
Uno de los artículos del proyecto de ley que suscitó mayor polémica fue el que impide ocupar puestos en la directiva de los equipos de fútbol a todo aquel que ostente un cargo público.
En este sentido, Bullrich recordó la "ley de ética pública" que establece que "es incompatible que uno regule aquello que controla" y recalcó que lo importante es "desarmar" un problema "de hace muchos años".
"Si nosotros regulamos la seguridad del fútbol no podemos ser parte (...) Acá lo que tenemos que pensar es que tenemos un problema de hace muchos años y lo tenemos que desarmar y si para desarmarlo necesitamos que una cantidad de funcionarios no sea parte de la directiva del club que no lo sea ", subrayó.
La aprobación de esta ley es una prioridad también para el presidente Mauricio Macri, quien está en contacto permanente con la ministra.
"El presidente (Macri) me llama una vez a la semana y me dice: Patricia, ¿Qué pasa con la ley de barras? Él quiere que la ley salga", concluyó Bullrich.
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