El Real Madrid mantiene cerrada la puerta del Santiago Bernabéu a los Ultras Sur

El Real Madrid no está dispuesto a ceder ante los Ultras Sur. Los últimos acontecimientos violentos acaecidos con el grupo radical ha provocado que la directiva blanca haya decidido aplicar una política de tolerancia cero hacia ellos, evitando que tengan un espacio en el Santiago Bernabéu. El club blanco no tiene ninguna intención de volver a admitir a los ultras dentro de su feudo, y su intención es seguir combatiendo a este grupo.

Dos aficionados radicales han sido multados con 4.500 euros cada uno por los incidentes que pusieron en peligro la seguridad ciudadana en el acceso al Santiago Bernabéu el pasado lunes 6 de enero con motivo del Real Madrid-Celta de Vigo que se celebró en el estadio madridista.

Según ha podido saber El Confidencial, el Real Madrid mantiene su politica con respecto a la grada de animacion situada en el Fondo Sur, graderío en el que tradicionalmente se han sentado los Ultras Sur, además de seguir cerrando la puerta de su estadio a este grupo de cualquier manera. El club incluso utilizará los datos de la Policía para filtrar las soicitudes de los antiguos Ultras Sur a la nueva grada. La intención de la directiva es que no vuelvan a ocupar un sitio en el Bernabéu dados los últimos problemas surgidos con los radicales.

De igual manera, el Real Madrid no ha facilitado entradas a un grupo que para ellos ha dejado de existir ante la ausencia de unos representantes definidos. La decision de mantenerlos lejos del club y del estadio es firme, y como grupo no tendrán sitio en el Bernabéu. De igual manera, cualquier persona que muestre pancartas, banderas o cualquier simbología relacionada con Ultras Sur podría ser expulsada del estadio.

El Real Madrid no está dispuesto a otorgar ninguna concesión a este grupo radical. Tal y como ha ido informando este diario, los Ultras Sur prometieron guerra una vez que la junta directiva que preside Florentino Pérez les impidió el paso en el Bernabéu, y lo han conseguido. Hace dos meses, el 9 de noviembre, los Ultras Sur atacaron a los históricos Cadenas y Ochaíta en el Drakkar. Era la acción que escenificó la división y radicalización de la peña.

Los líderes optaron por abandonar la jefatura de un grupo que nunca ha estado registrado como peña madridista, pero sí como marca para uso comercial. La directiva madridista respondió con la supresión de los pases de favor que entregaba a los Ultras Sur. Su último acto tuvo lugar en un local del Frente Atlético, en el que los radicales blancos atacaron a los rojiblancos, provocando un saldo de tres heridos graves y tres heridos leves.