El Madrid estrena hoy su nueva Grada Joven de Animación, con capacidad para 853 personas, la que había antes para el grupo Ultras Sur. Para esta experiencia piloto, y probablemente para el resto de la temporada hasta que se organice de manera definitiva en la próxima, estará repleta de miembros de peñas como La Clásica (sonada fue su pancarta “Mou tu dedo nos señala el camino”), Primavera Blanca y peñas activas que suelen viajar para apoyar al equipo como La Gran Familia o Barajas.
El Madrid no ha facilitado información de cuántos socios han pedido estar en esa nueva grada después de que el pasado 26 de diciembre se abriera el plazo de inscripción con una serie de requisitos: ser socio, tener el euroabono vigente, compromiso de asistencia y tener entre 16 y 35 años (aunque especificaba que podría haber excepciones en la edad... y las habrá hoy).
El club ha decidido “partir de cero”. Ha retirado todos los abonos (unos 500) a los socios pertenecientes al grupo ultra que antes ocupaban esta zona y ha devuelto su importe (348 euros, según varios afectados). Estos abonos eran especiales. Florentino pudo acabar con los ultras al llegar en 2000, como hizo Laporta en el Barça. En lugar de ello pactó unas condiciones especiales a cambio de su buen comportamiento en el estadio, los devolvió al Fondo Sur (habían pasado por el tercer anfiteatro y la parte baja de la grada) y picó el suelo de esa zona para rebajarlo y que pudieran estar de pie. En esa entente cordiale el club facilitaba al grupo ultra unas 300 entradas para que se financiase, además de poner esos 500 abonos a un precio más bajo con la obligación de firmar un contrato con cláusulas para obtenerlos: no dejar de asistir a más de siete partidos, no exhibir símbolos nazis ni fascistas, no arrojar objetos al campo, no tener antecedentes penales... También les facilitaba otra serie de ventajas, como una zona para trabajar en sus tifos y descuentos en las entradas para los partidos de fuera de casa.
Florentino manejaba desde entonces una bomba entre sus manos que explotó tras los altercados de antes del partido con la Real por la lucha de poder de dos facciones del grupo (la vieja guardia y los jóvenes, más radicales y violentos). Entonces el club comenzó a pedir el DNI en el acceso a la zona ultra (debía coincidir con el nombre del abono). Según fuentes del grupo, el 80% de las personas que tenían abono ahí lo había realquilado. Eso, y el hecho de que el club retirara las 300 entradas regaladas, explica el vacío que se veía en esa parte en los últimos partidos.
El Madrid inicia ahora una nueva etapa tras retirar todos los abonos a los ultras (los 500) amparándose en el artículo 19 de los Estatutos e interpretando que es potestad de la Junta. Ya hay unos 200 afectados unidos para reclamar su devolución y los ultras han vertido amenazas a los peñistas que van a ocupar desde hoy esa grada además de convocar por las redes una concentración frente a la Puerta 28 por la que siempre entraban para una hora antes del partido (y de todos los que quedan por disputarse en el Bernabéu).
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