De pronto, todos los demás dieron un paso atrás, y él quedó encerrado. Fue su perdición.
Francisco Javier Romero Taboada, alias 'Jimmy' y 'Abuelo', de 43 años y padre de un niño de cuatro años, estaba inmerso el pasado 30 de noviembre, junto al Manzanares, en una pelea entre miembros del Frente Atlético y de su grupo, los Riazor Blues, cuando en una de las escaramuzas quedó rodeado, de pronto, por miembros de la banda rival.
En apenas 14 segundos recibiría la lluvia de golpes que le causó la muerte. La situación era, tal que dice el Código Penal, de riña tumultuaria y la Policía va intentando desgranar ahora, como si fuera pelando capas de una cebolla, quién le asestó cada uno de los golpes que acabaron con su vida.
De entre estos, dos fueron, como se dice en una jerga tan cruda como es la forense, mortales de necesidad. Jimmy recibió un tremendo golpe en el bazo, probablemente con una barra de 2,5 centímetros de diámetro, que provocó directamente el estallido del órgano.
Pero, más aún, encajando una increíble paliza, con sus agresores envalentonados al tener a su merced a un 'rival' caído y vacilante, Romero Taboada recibió un brutal impacto en la base del cráneo, un golpazo que provocó la fractura del hueso y la muerte clínica probablemente en los momentos en que el hombre fue lanzado, cual fardo, al Manzanares.
Ese golpe se observa perfectamente, junto a otros y a abrasiones diversas, en las imágenes de la cabeza del finado en la autopsia, recogidas en el sumario de la causa.
También se recogen, como les ofrece hoy en exclusiva este digital, las diferentes barras, palos y porras que pudieron incautarse los agentes en el escenario tras esta singular batalla -algunas con huellas dactilares muy claras, como se ve en la imagen-.
Con un par de esas armas que el lector puede ver en las imágenes, algunas rudimentarias, otras más sofisticadas, la Policía cree que los miembros del Frente Atlético mataron a Jimmy
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