Un tribunal egipcio ha condenado este martes a once hombres a pena de muerte por su participación en los incidentes que provocaron la muerte de más de 70 personas al término de un partido de fútbol en el estadio de Port Said el 1 de febrero de 2012. Muchas de las personas que perdieron la vida ese día fallecieron aplastadas por otros aficionados cuando intentaron abandonar el estadio después de que la pista de juego fuera invadida por seguidores de un equipo que perseguían con piedras botellas y cuchillos a los hinchas del equipo rival. Algunos de los fallecidos murieron porque se cayeron desde las zonas más altas del estadio, según contaron entonces varios testigos de los hechos.
El tribunal, cuya sesión ha sido retransmitida por televisión, ha condenado a uno de los acusados en rebeldía. El resto de acusados que no han sido condenados a la pena capital han sido sentenciados a penas que van de los cinco a los quince años de prisión y varios han quedado absueltos. El fallo judicial puede ser recurrido.
El pasado mes de abril, el juez encargado del caso remitió las penas de muerte a la máxima autoridad religiosa de Egipto, el gran mufti, Shawqi Allam, un paso previo a la imposición de la pena capital. La opinión del líder religioso no es vinculante y no se ha hecho pública.
Los partidos de fútbol tienen en ocasiones incidentes violentos. Los equipos del partido de Port Said, el Al Masri y el Al Ahli, son rivales desde hace décadas. Varios testigos han asegurado que los altercados comenzaron cuando los hinchas cairotas desplegaron pancartas con mensajes ofensivos hacia el equipo local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario