La Comisión Nacional Antiviolencia se pronunció sobre los incidentes sucedidos hace algunas semanas antes de la disputa del partido de Primera RFEF que enfrentó al Celta B y al Deportivo en Balaídos. Según la información difundida por el ministerio del Interior, se pide una sanción para cada uno de los cien aficionados que participaron en una reyerta multitudinaria entre grupos ultras consistente en 3.500 euros y seis meses de prohibición de acceso a recintos deportivos.
En la pelea, siempre según la comisión antiviolencia, se utilizaron «todo tipo de objetos contundentes como mangos de azadas, hachas, barras de metal, defensas extensibles, llaves de pugilato y otros elementos similares» que provocaron graves destrozos a varios vehículos de camino al estadio. Asimismo, asegura este organismo que los vándalos que se lanzaron mutuamente bengalas y artefactos pirotécnicos en la vía pública.
Estas sanciones se ciñen solo a los graves incidentes provocados por los radicales de ambos equipos antes el partido, puesto que en su día, Antiviolencia ya se pronunció sobre la invasión de campo de los hinchas locales, proponiendo una sanción de treinta mil euros al Celta.
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