El Centro Simon Wiesenthal insta al alcalde bilbaino a «pedir disculpas» a los aficionados del Hapoel Holon, al tiempo que reprocha la «lentitud» de la policía municipal. Todos esos disturbios se desataron por parte de los ultras del conjunto hebreo el domingo 8 de mayo en el Casco Viejo de Bilbo.
Como bien es sabido, la exitosa edición de la Final a Cuatro de la FIBA Basketball Champions League celebrado en el Bilbao Arena de Miribilla el primer fin de semana de este mes de mayo, solo tuvo un pero: los altercados protagonizados por los aficionados ultras del Hapoel Holon israelí, con algaradas en la calle, irrumpiendo en diversos bares de Alde Zaharra y quemando una cuantas banderas palestinas sin que las autoridades tomaran resolución alguna en su contra. El bar Amets, situado en Bilbo Zaharra, fue el establecimiento que mayores destrozos padeció por el vandalismo de estos aficionados sionistas.
Paradójicamente, a resultas de aquellos desmanes, la Ertzaintza practicó dos detenciones, aunque curiosamente ambos detenidos fueron dos vecinos de Alde Zaharra de Bilbo, dos de tantos que hicieron frente a los ultras del Hapoel Holon, acusados por «desórdenes públicos» y «desobediencia», para después ser puestos en libertad, mientras que escoltaron a los aficionados del Hapoel Holon, al punto de realizar una carga contra los vecinos del Casco Viejo.
La única iniciativa llevada a cabo por simpatizantes pro palestinos fue una manifestación pacífica llevada a cabo el mediodía del domingo día 8 desde la plaza Unamuno para «denunciar la violencia ejercida por el gobierno israelí sobre los palestinos, y llamando al boikot a Israel», sin que se conocieran altercados.
Pues bien, el Centro Wiesenthal –una institución dedicada a «documentar las víctimas del holocausto y lleva registros de los criminales de guerra nazis y sus respectivas actividades»– ha instado al alcalde de Bilbo, Juan Mari Aburto a «pedir disculpas» a los aficionados del Hapoel Holon que «fueron agredidos por grupos propalestinos» en la capital vizcaina, al tiempo que ha reprochado «la lentitud» de la policía municipal y ha exigido perseguir «a los agresores».
El alcalde Aburto, en su momento, se limitó a afirmar que esos incidentes registrados no debían «ensombrecer» el «gran campeonato» de la Final a Cuatro de la FIBA BCL. Airado por ello según parece, este jueves el director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal, Shimon Samuels, ha remitido una carta al secretario general de la FIBA, Andreas Zagklis, y al alcalde de Bilbo Juan Mari Aburto, para expresar «su indignación ante los ataques que sufrieron recientemente los aficionados del equipo de baloncesto israelí Hapoel Holon, por parte de un supuesto grupo 'pro-palestino'» en la capital vizcaina.
En su opinión, «entre las víctimas hubo niños que se dirigían con sus padres al estadio y ha reprochado que no sea «la primera vez que los aficionados israelíes que visitan España (sic) se convierten en un objetivo».
Petición de sanciones y relato épico
En ese sentido, el tono del relato del señor Samuels ha ido ganando el épica y actitud amonestadora. En ese sentido se comprendeu su exigencia al alcade Juan Mari Aburto de «pedir disculpas a los aficionados israelíes y a sus familias», y de «tomar medidas que corrijan la supuesta lentitud de la policía de Bilbao en este caso concreto».
Ha opinado que «la situación podría haber degenerado trágicamente» y que «tanto a nivel gubernamental como municipal, debe investigarse la identidad de los agresores». Sin embargo, no parece haber mucho interés por parte del Centro Wiesenthal en facilitar la identificación de los ultras del Hapoel Holon que causaron los destrozos más arriba mencionados.
En ese sentido, Samuel ha recordado su labor «en el desarrollo de un Programa de 11 puntos contra el odio en el deporte, en colaboración con la ECCAR (Coalición Europea de Ciudades contra el Racismo) y sus 158 municipios miembros», que «se amplió a toda Latinoamérica como proyecto de la Organización de Estados Americanos», y que «fue reconocido como ‘mejor práctica’ por la FIFA».
Samuel ha indicado que en dicho programa latinoamericano, «el precio a pagar por los hinchas racistas y sus clubes fue que su club descendiera al último lugar de su respectiva liga».
Ha pedido a la FIBA «que adopte su Programa de 11 puntos, el cual aplicaría la misma sanción a los aficionados racistas y a los clubes que permanezcan en silencio, en caso de manifestaciones de odio y violencia contra aficionados extranjeros o visitantes».
El comunicado termina con el remate en «crescendo» que no hace sino subrayar el carácter victimista de toda la exposición. «Este tipo de acciones puedan incitar más ataques, incluyendo de carácter terrorista, tal y como ha ocurrido en Francia, donde Hamás y el ISIS ya han amenazado con atentados contra instituciones judías, lo que ha desencadenado en un llamamiento para aumentar la alerta policial», ha recalcado Samuels, dándole el imprescindible toque apocalíptico.
Por todo ello, Samuels exige al secretario general de la FIBA y al alcalde de Bilbo «mayor firmeza para que este tipo de situaciones no vuelvan a ocurrir, debiéndose proteger los valores del deporte y la seguridad de los aficionados israelíes», sin que, según parece, deba importar el comportamiento de estos últimos, por incívico que resulte.
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