El FC Barcelona tiene un nuevo frente abierto ahora mismo que tratar. Este escapa de los límites deportivos y por primera vez no tiene nada que ver con el estado de las cuentas, pero sí con un asunto más peligroso todavía. En las últimas semanas se ha producido un repunte de violencia de grupos ultras relacionados con la entidad azulgrana.
Eso ha provocado que tanto el club de la Ciudad Condal como las instituciones encargadas de la seguridad que colaboran y trabajan estrechamente con el equipo se hayan puesto manos a la obra para intentar atajar cuanto antes estos contratiempos que han surgido. Así lo han comunicado los Mossos d'Esquadra, quienes han decidido poner en marcha un nuevo dispositivo de seguridad para intentar erradicar los brotes de violencia y descontrol que se han producido en los últimos meses.
Unos actos que no han recibido mucho calor mediático, en parte por la actuación del club, pero que generan una gran preocupación dentro de los Mossos, ya que no quieren que el Camp Nou se convierta en el epicentro de comportamientos violentos y de nuevas trifulcas con peleas y heridos. La alarma se ha encendido en Barcelona y en el Barça, ya que temen que se vuelva a activar de manera constante la presencia de la facción más violenta de los ultras del club, los Boixos Nois.
Unos actos que no han recibido mucho calor mediático, en parte por la actuación del club, pero que generan una gran preocupación dentro de los Mossos, ya que no quieren que el Camp Nou se convierta en el epicentro de comportamientos violentos y de nuevas trifulcas con peleas y heridos. La alarma se ha encendido en Barcelona y en el Barça, ya que temen que se vuelva a activar de manera constante la presencia de la facción más violenta de los ultras del club, los Boixos Nois.
La vuelta de los Boixos Nois
Los Boixos Nois siempre han sido conocidos por ser el grupo ultra más violento y representativo del FC Barcelona. Es la facción más violenta de la hinchada del conjunto azulgrana y durante años han sembrado el terror y el pánico tanto dentro como fuera del Camp Nou. Sin embargo, en los últimos años han permanecido en el ostracismo gracias en parte a la actuación de Joan Laporta.
El grupo se fundó en el año 1981 y la ideología con la que se alinean es la extrema derecha y la condena total del independentismo. Su ubicación habitual estaba en la grada del Gol Sur dentro del Camp Nou. Sin embargo, después fueron trasladados hasta el Gol Norte. Conocidos por sus múltiples peleas y sus delitos, sus mayores rivales son las Brigadas Blanquiazules del Espanyol y los Ultra Sur del Real Madrid por motivos deportivos, y los Biris Norte del Sevilla y los Bukaneros del Rayo Vallecano por ideología política.
Su facción más violenta son los Casuals FCB, habituales de las peores peleas y las atrocidades más macabras. Su capítulo más oscuro fue la muerte de Frederic Rouquier, miembro de Brigadas Blanquiazules asesinado en 1991 a las afueras de Sarriá tras recibir varias puñaladas. Sus enfrentamientos contra los Mossos d'Esquadra han sido muy sonados en Barcelona así como sus palos económicos dentro de los negocios del narcotráfico y los atracos.
A pesar de que hasta 2019 la comisión de antiviolencia del deporte no les declaró como grupo violento, el mayor golpe lo recibieron a partir del 2003, cuando Joan Laporta se atrevió a prohibirles la entrada en el Camp Nou e intentó también que no pudieran viajar a otros estadios siguiendo al equipo. Una acción que fue en línea a la también impulsada por el Real Madrid durante la primera etapa de Florentino Pérez en la presidencia y que tuvo su recorrido definitivo durante la segunda. Ahora, la preocupación con los ultras vuelve a Barcelona con el temor de que la violencia vuelva a desatarse.
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