La Policía ha detenido a seis seguidores del club Beitar Jerusalén por racismo e incitación a la violencia durante un partido el pasado sábado, según han informado fuentes policiales.
"El último detenido ha sido un joven que fue arrestado ayer y será presentado ante la corte, hoy a las 11:30, por hacer comentarios racistas e incitar a la violencia", dijo Miki Rosenfeld, portavoz de la Policía israelí, que confirmó que el número de seguidores del Beitar detenidos en la última semana se eleva a seis.
El incidente tuvo lugar el pasado sábado, durante un partido con el Bnei Yehuda de Tel Aviv, cuando varios de los hinchas desplegaron pancartas racistas e islamófobas, después de que el presidente del club, Arkadi Gaidamak, anunciase la intención de fichar a dos jugadores chechenos de religión musulmana.
"Beitar pura para siempre", se leía en una gran pancarta que provocó numerosas críticas de comentaristas deportivos y políticos.
Los dos jugadores chechenos se unirán hoy, por primera vez, a los entrenamientos del equipo y mañana oficializarán su pertenencia al mismo.
El Beitar ha proporcionado guardaespaldas a los dos, según ha informado la emisora de radio israelí 'Kol Israel'.
Ayer, la Asociación Israelí de Fútbol multó al equipo con 50.000 shekels (unos 10.000 euros) por el racismo mostrado por parte de su afición y lo sancionó además con el cierre de las gradas orientales de su estadio Teddy durante los próximos cinco partidos.
El domingo, el presidente de Israel, Simón Peres, pidió a la Asociación de Fútbol israelí que tomase medidas cuanto antes para poner fin a la xenofobia en los campos.
"El racismo ha golpeado al pueblo judío más fuerte que a ninguna otra nación en el mundo. Las autoridades deben impedirlo antes de que tenga lugar. Estoy convencido de que todo el país está conmocionado por este fenómeno y nunca lo aceptará", señaló Peres en su misiva.
La ministra israelí de Cultura y Deporte, Limor Livnat, también condenó el suceso en el campo del Beitar y pidió la apertura de una investigación, mientras que el presidente del Parlamento (Kneset), Reuven Rivlin, manifestó que "los llamamientos escuchados a favor de la pureza racial judía en el Beitar son indignantes".
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