Turquía es uno de los países con cultura futbolística más pasional, quizá dentro de la zona europea, la que más se le parece a la forma en la que se vive el deporte en América Latina: las tribunas se muestran coloridas con bengalas, grandes telones y cánticos sin importar el resultado de su equipo.
Es bajo ese contexto que estadios como el antiguamente usado Ali Sami Yen y el ahora Türk Telekom Arena, hogar de Galatasaray, llamado así por los crecientes acuerdos comerciales que se apropian de las identidades de los clubes, tiene como apodo ‘El Infierno de Estambul’, por su fortaleza al momento de hacerse sentir.
Dentro de la misma ciudad de Estambul existe otro recinto, el Estadio Şükrü Saracoğlu, donde se disputará otra edición del clásico de la ciudad y del país: Fenerbahçe SK vs Galatasaray. ¿De dónde sale esta rivalidad?
Como bien dice el dicho, del odio al amor hay solo un paso, o en este caso, del amor al odio; poco después de la creación de ambas instituciones y su registro a la Liga de Futbol de Estambul a principios del Siglo XX, los presidentes de los clubes, Ali Sami Yen y Galip Kulaksızoğlu decidieron hacer frente a la propagación de ingleses y armenios que estaban en una cruzada interminable de esparcir el futbol por el mundo: propusieron unir al Gala y Fenerbahçe para hacer un ‘súperequipo’ de turcos contra los extranjeros que tendría por nombre Türkkulübü.
¿Qué pasó? En Europa, allá por el año 1913, la primera Guerra Balcánica se dio en medio del nacimiento del futbol turco. La caída del Imperio Otomano, que se sostuvo por alrededor de 600 años, sacudió los cimientos del país, haciendo del futbol una nimiedad sin prioridad.
Fue en los años 30 cuando un connato de bronca en un partido amistoso terminó por detonar las diferencias sociales y culturales de sus hinchas: Galatasaray era el equipo de los ricos, con un nacimiento que vino gracias a estudiantes de alta sociedad; mientras que Fenerbahçe era conocido como el club del pueblo, además de que uno vio su génesis en el lado europeo de la ciudad, mientras que el otro se formó en el asiático.
La rivalidad fue incrementando sus niveles pasionales hasta el absurdo, cuando se detonaban en muchas ocasiones altercados violentos, incluso, asesinatos dentro de los estadios. El ‘hooliganismo’, que se ha erradicado en la mayoría de los países (que ahora luchan contra otro mal como el racismo), sigue intacto en Turquía, esperando su cita en un derbi que hace que sus fanáticos rayen en una locura enfermiza.
Hay clásicos que se recuerdan por la rivalidad de sus equipos y otros que son memorables por la que tienen sus hinchas, aunque este es el caso en el cual la línea que debería regir un comportamiento adecuado dentro de un estadio de futbol está borrada. Por eso se espera que afuera sea un espectáculo, pero sobre todo dentro de la cancha pues tener a jugadores como Robin van Persie de un lado y a Wesley Sneijder del otro lo amerita.
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