Unos días atrás, los capataces del Barcelona se preguntaban qué pasaría si la UEFA, tal y como ocurrió tras la final de la Liga de Campeones en Berlín, volvía a sancionar al club por la presencia de banderas 'estelades' en la grada. Ellos mismos se respondieron: «No haremos nada para evitar que pase». En otras palabras, no las promoverá, pero ni mucho menos las retirará. El club, que no teme por el cierre de su estadio al tratarse de sanciones administrativas, no sólo recurrirá.
Si hace falta al TAS o incluso a la justicia ordinaria. Sino que está dispuesto a seguir pagando las multas que sean necesarias para defender lo que considera la defensa del derecho de expresión por parte de sus aficionados. Si la entidad azulgrana acabara jugando en casa un máximo de seis partidos en la presente Champions -y sin contar lo que pudiera ocurrir en los encuentros fuera de casa-, la multa no bajaría de los 280.000 euros esta temporada.Porque el Barcelona, minutos antes de emprender vuelo hacia Bielorrusia para enfrentarse al BATE, se encontró con que tenía que volver a responder a la embestida de la UEFA. El máximo organismo futbolístico europeo, con Ángel María Villar ejerciendo ahora las funciones del sancionado presidente del ente, Michel Platini, no está dispuesto a ceder ante lo que considera una politización de un acontecimiento deportivo. Y eso que en el club azulgrana venían calificando de normales las relaciones con la organización.
Algo que queda en entredicho después de que el Barça recibiera la confirmación de que será sancionado con 40.000 euros -10.000 más que en Berlín- por la muestra de banderas independentistas durante el encuentro frente al Bayer Leverkusen el pasado 29 de septiembre en el Camp Nou.Esgrime el Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA que el Barcelona continúa violando del artículo 16.2 de su reglamento referido, que habla de la responsabilidad de los clubes ante el «comportamiento inapropiado» de sus aficionados. Concretamente se refiere el apartado e) a los «gestos, palabras u objetos» que sirvan para transmitir «mensajes de naturaleza política, ideológica, religiosa, ofensiva y provocativa».
El precedente de la final de la ChampionsLa final de la Champions de Berlín le costó al Barcelona una multa de 30.000 euros después de que la UEFA atendiera al informe de la inspectora ucraniana Anna Bordiugova, quien no asistió al encuentro en el que se exhibieron las 'estelades' y se gritó por la independencia de Cataluña. Dicha abogada, según comentan en los despachos del Camp Nou, recibió para su expediente imágenes de TV3, dado que la señal internacional no ofreció planos de las enseñas.En esta ocasión sí se ha echado mano del informe del delegado presencial de la UEFA en el encuentro frente al Bayer, el galés David Griffiths. El Barcelona tenía constancia de que el emisario del organismo había tomado varias fotos a la grada del Camp Nou mientras se ondeaban las 'estelades'.
Aquel día la hinchada del Camp Nou también brindó una pitada al himno de la Liga de Campeones, algo que tampoco ha pasado por alto el organismo. De nada sirvió esa «vía diplomática» liderada por Albert Soler, mano derecha del presidente Josep Maria Bartomeu, para intentar frenar futuras sanciones. De hecho, antes del encuentro frente al Bayer el Barcelona ya había insistido a la UEFA de que el club no participaría en la retirada de banderas que no son ilegales y que tampoco considera de carácter político. «Las 'estelades' forman parte de la historia del club», llegó a afirmar el propio Bartomeu.«No limitaremos la expresión de los aficionados», clamó desde Borisov el vicepresidente deportivo del Barcelona, Jordi Mestre, que avanzó un nuevo y peliagudo frente: «No es una guerra. Pero, si es necesario, recurriremos al TAS y, si no funciona, a la justicia ordinaria de Suiza».
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