Dos horas antes del partido, el medio millar de aficionados del Real Madrid ya estaban ubicados en el fondo norte, tras la fina valla de protección que de poco sirvió el pasado miércoles con los hinchas del Benfica. Las bengalas se vieron fuera, en la zona frecuentada por los seguidores del Atlético, no dentro del estadio. Funcionaron los cacheos, también con los poco más de 30 radicales blancos que entraron en el último convoy policial.
Eran más agentes que ultras.En San Epifanio, la calle sede del Frente Atlético, había ambiente ya a mediodía, en la larga jornada en que se convierten los derbis para la parroquia rojiblanca. Desde las callejas de La Latina hasta el río Manzanares, el domingo olía a partido especial. Familias, parejas y amiguetes. Hasta fotos de hermanamiento, entre la tropa de los dos equipos de la capital. En la Cava Baja precisamente, a la hora de comer, compartían brindis Enrique Cerezo y Florentino Pérez. "Lo del Benfica fue una excepción", justificaba el presidente del Atlético.
Ayer se intensificaron los registros, después de las peligrosas imágenes de la Champions, cuando una bengala cayó desde el fondo de los seguidores portugueses hacia las tribunas bajas, rozando a un niño de dos años.En el campo, llenazo y banderas al cielo incluso en el calentamiento, con mucha música de viento para Cristiano Ronaldo, en territorio comanche. Ya a 15 minutos del comienzo, la mayoría de los espectadores cantaban en pie el himno rojiblanco, mientras los visitantes blancos recordaban con insistencia el 'Minuto 93', haciendo sangre con la final de Lisboa. Sergio Ramos, ayer de regreso al Madrid, miraba de reojo mientras peloteaba antes de entrar al vestuario para las últimas palabras de Rafa Benítez.Cuando saltaron los jugadores de ambos equipos, los hinchas madridistas desplegaron una gran pancarta con la cara de Zoco, el futbolista blanco fallecido esta semana. Un lema coronaba su foto en blanco y negro: 'Maxima rivalidad, nunca violencia', un pacífico mensaje para un derbi siempre caliente. Ayer ganó la cordialidad y el fútbol sano.
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