El Camp Nou vivió un mediodía feliz. El Barcelona se impuso al Rayo Vallecano de manera contundente, Messi anotó un hat-trick histórico e igualó al pichichi del campeonato a lomos de un 2015 brillante y además un sector de su afición demostró que la erradicación de cánticos agresivos e insultantes no sólo depende de las denuncias a modo de Gran Hermano por parte de la LFP.
Según relató el micrófono a pie de campo de la Cadena SER durante la retransmisión del Barça-Rayo, un aficionado culé recriminó a otros seguidores azulgrana gritos contra Cristiano Ronaldo durante la segunda parte del encuentro. Según el periodista, cuando Messi comenzaba a acumular goles en el choque del Camp Nou, un pequeño grupo de aficionados amagó con emprender los mismos cánticos que le costaron al Barcelona una advertencia de la LFP a Antiviolencia.
La Liga de Fútbol Profesional había denunciado cánticos de «Cristiano es un borracho» en el choque de Liga contra el Levante. Los cánticos contra el delantero del Real Madrid se produjeron en el minuto 65 y llegaron desde el grupo de espectadores del equipo local ubicado en la zona de primera gradería gol sur, detrás de la portería donde en ese momento atacaba el equipo local. Desde un grupo de unas 200 personas aproximadamente, identificados con bufandas, pancartas y banderas de peñas del club local y, en particular, el grupo conocido como «Almogavers», ubicados tras la pancarta identificativa del grupo, se inició el cántico: «¡Es un borracho, Cristiano es un borracho!».
Ante el Rayo Vallecano, un aficionado se encargó de que no volviese a suceder. Al parecer, el seguidor culé apeló a la presencia de numerosos niños en la zona donde arreciaban los cánticos para silenciarlos. El Barça-Rayo, disputado a las 12, acogió la mejor entrada de la temporada en el Camp Nou, y con el día soleado muchas familias llevaron a sus niños al coliseo azulgrana. El Barcelona anunció en su momento que iba a colaborar con la LFP para peculiar celebración al recibir el Balón de Oro y la trascendencia de su polémica fiesta de cumpleaños han provocado que cada vez que toca la pelota en campo visitante escuche gritos constantes.
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